"Frente a la troika",
intelectuales europeos
apoyan a Syriza
Pensadores como Rancière, Michael Lowy, Toni Negri, Tariq Ali o Giorgio Agamben firman
un manifiesto de apoyo a la izquierda griega invocando a la "refundación" de Europa
"Por una sorprendente ironía de la historia, los griegos se encuentran en primera línea de nuestro combate común. ¡Escuchémosles, apoyémosles, defendámosles!" Así empieza el manifiesto que un amplio grupo de intelectuales europeos han firmado en apoyo a la coalición de izquierda radical Syriza en las elecciones griegas del próximo 17 de junio.
La decisión que tome el pueblo griego sin duda será un punto de inflexión para el futuro político de la Unión Europea. Tras las elecciones del pasado 6 de mayo, quedó constatado que la austeridad dictada desde las instituciones europeas ha dividido a la sociedad griega. Los dos partidos históricamente hegemónicos en el país heleno, los conservadores de ND y los socialdemócratas del Pasok, los dos únicos que apoyan el memorándum y los recortes, vieron reducidos sus apoyos hasta el punto en que, en coalición y con los 50 diputados otorgados a ND por ser primera fuerza, fueron incapaces de formar una mayoría para gobernar. La segunda fuerza, Syriza, tampoco consiguió reunir los apoyos suficientes.
A día de hoy los sondeos sobre el vencedor de los próximos comicios están divididos entre ND y Syriza, que ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de cancelar el memorándum europeo, aunque no reniega de la permanencia en la Unión y la moneda única. "Estas elecciones no son entre el euro y el dracma, sino entre Syriza y el memorándum", afirmaba la semana pasada Alexis Tsiripas, el joven líder de la coalición de izquierda.
Por eso, frente a las amenazas que están llegando de Alemania y las instituciones europeas, intelectuales europeos pertenecientes a distintas corrientes de la izquierda han sacado este comunicado, traducido al español por de Gaëlle Suñer y Raimundo Viejo Viñas, en el que afirman que "esta injerencia no es sólo contradictoria con las reglas democráticas, sus consecuencias son dramáticas para nuestro porvenir común". Así, afirman que "bajo el pretexto de sanear las finanzas públicas y de modernizar la economía, imponen una austeridad que ahoga la actividad, reduce la mayoría de la población a la miseria, desmantela el derecho laboral. Este programa de ‘enderezamiento' neoliberal se salda con la liquidación del aparato productivo y el paro de masas."
Entre los firmantes se encuentran figuras de la talla de Tariq Alí, Alain Badiou, Jacques Rancière, Michael Lowy, Toni Negri, Rossan Rossanda o Giorgio Agamben. Y quieren constatar que "esta nueva Europa que al igual las fuerzas democráticas que emergen en Grecia, invocamos con nuestros deseos, es la de todos sus pueblos. En cada país son dos las Europas incompatibles que hoy se enfrentan: la de la desposesión de los seres humanos y la que afirma el derecho de todos a una vida digna de este nombre dotándose colectivamente de los medios. Por eso nos batimos junto a los electores y los militantes de Syriza: no es por la desaparición de Europa, sino por su refundación". Porque actualmente es "en Atenas donde está en juego el futuro de la democracia y de la propia Europa"
Comunicado
En la serie de acontecimientos que han arrojado a Grecia al fondo del abismo, cada cual sabe que las responsabilidades de los partidos en el poder desde 1974 son aplastantes. No sólo se beneficiaron de la corrupción y de los privilegios, sino que beneficiaron ampliamente a proveedores y acreedores de Grecia. En estas condiciones podría sorprender que los dirigentes europeos y el FMI, transformados en modelos de virtud y de rigor, se empleen en conducir de nuevo al poder a estos mismos partidos quebrados y desacreditados, denunciando el "peligro rojo" encarnado por SYRIZA y prometiendo cortar suministros básicos si las nuevas elecciones del 17 de junio confirman el rechazo del "Memorándum". Esta injerencia no es sólo contradictoria con las reglas democráticas, sus consecuencias son dramáticas para nuestro porvenir común.
Sería esta razón suficiente para que rechazásemos dejar hacer. Pero hay algo más grave aún. Desde hace dos años los dirigentes de la Unión Europea trabajan en desposeer al pueblo griego de su soberanía. Bajo el pretexto de sanear las finanzas públicas y de modernizar la economía, imponen una austeridad que ahoga la actividad, reduce la mayoría de la población a la miseria, desmantela el derecho laboral. Este programa de "enderezamiento" neoliberal se salda con la liquidación del aparato productivo y el paro de masas. Para hacerlo aprobar, ha sido necesario nada menos que un estado de excepción sin parangón en Europa Occidental desde el final de la Segunda Guerra Mundial: el presupuesto del Estado es dictado por la Troika, el Parlamento griego reducido a una cámara de registro, la Constitución ninguneada. La invalidación del principio de la soberanía popular va de la mano con la humillación de todo un país. Ahora bien, si alcanza aquí este extremo, ya no concierne exclusivamente a Grecia. Son todos los pueblos de sus naciones constitutivas a los que la Unión Europea tiene por cifras irrisorias cuando se trata de combinar las intervenciones del FMI y de la BCE a favor del sistema bancario o de imponer gobiernos de tecnócratas no electos.
En repetidas ocasiones los griegos han dado a conocer su oposición. Innumerables manifestaciones multitudinarias, 17 jornadas de huelga general en dos años, como las acciones de desobediencia civil o el movimiento de los Indignados de Syntagma; tales han sido las señas inequívocas de su rechazo al destino que les han preparado sin consultarles. ¡La única respuesta que han recibido habrá sido la duplicación de la dosis letal y la represión policíal! Es entonces, en un contexto de deslegitimación completa de los gobernantes, que el retorno a las urnas ha aparecido como la única salida para evitar la explosión social.
Pero el asunto está claro ahora: los resultados del 6 de mayo no dejan lugar a dudas sobre el rechazo masivo de la política impuesta por la Troika. Y ante la perspectiva de una victoria de SYRIZA en las elecciones del 17 de junio, una campaña de desinformación y de intimidación ha sido activada tanto en el interior del país como a nivel europeo. Está dirigida a descalificar SYRIZA como interlocutor político. Todos los medios son válidos a tal fin, comenzando por su calificación de "extremista" y el paralelismo tan absurdo como indecente con los neo nazis del Amanecer Dorado. Todas las taras le son imputadas: estafa, doble lenguaje, infantilismo reivindicativo. De creer esta propaganda de odio que toma el relevo de la estigmatización racista del pueblo griego, SYRIZA estaría poniendo en peligro las libertades, la economía mundial y la construcción europea. La responsabilidad de los electores griegos y de nuestros dirigentes sería la de cortarle el paso. Esgrimiendo la amenaza de exclusión del euro y otros chantajes, se lleva a cabo una manipulación del voto popular. A través de esta "estrategia del shock" los grupos dominantes se esfuerzan por desviar el voto inminente de acuerdo a sus intereses que pretenden sean también los nuestros.
Nosotros, ciudadanos europeos, no podríamos callarnos ante esta tentativa de desposeer de su soberanía a uno de los pueblos de la Unión cuyas elecciones constituyen su último recurso. Debe cesar la campaña de estigmatización de SYRIZA y los chantajes a la exclusión de la eurozona. A los griegos de decidir su suerte, rechazando todo dictado, desechando los venenos económicos administrados por sus "salvadores", comprometiéndose libremente en las cooperaciones indispensables para superar la crisis, con los otros europeos.
Lo afirmamos: es hora de que Europa perciba la señal enviada el 6 de mayo pasado por Atenas abandonando una política que arruina la sociedad y pone los pueblos bajo tutela con el fin de salvar a los bancos. Es urgente bloquear la deriva de una construcción política que instituye la omnipotencia de los operadores financieros. Es necesaria una Europa que sea la obra de sus ciudadanos, al servicio de sus intereses.
Esta nueva Europa que al igual las fuerzas democráticas que emergen en Grecia, invocamos con nuestros deseos, es la de todos sus pueblos. En cada país son dos las Europas incompatibles que hoy se enfrentan: la de la desposesión de los seres humanos y la que afirma el derecho de todos a una vida digna de este nombre dotándose colectivamente de los medios. Por eso nos batimos junto a los electores y los militantes de SYRIZA: no es por la desaparición de Europa, sino por su refundación. Ya que es el ultraliberalismo que suscita la subida de los nacionalismos y de la extrema derecha. Los verdaderos salvadores de la idea europea son los defensores de una Europa donde la soberanía popular no es abolida sino extendida y compartida.
Sí, es en Atenas donde está en juego el futuro de la democracia y de la propia Europa. Por una sorprendente ironía de la historia, los griegos se encuentran en primera línea de nuestro combate común. Escuchémosles, apoyémosles, defendámosles!
Vicky SKOUMBI (aletheia, Atenas), Etienne BALIBAR, filósofo, Michel VAKALOULIS, filósofo y sociólogo. Y : Giorgio AGAMBEN, Tariq ALI, Elmar ALTVATER, Daniel ALVARO, Alain BADIOU, Jean-Christophe BAILLY, Fethi BENSLAMA, Fernanda BERNARDO, Jacques BIDET, Claude CALAME, Thomas COUTROT, Albano CORDEIRO, Yannick COURTEL, Costas DOUZINAS, Roland ERNE, Roberto ESPOSITO, Nancy FRASER, Elisabeth GAUTHIER, François GEZE, Max GRATADOUR, Jean-Pierre KAHANE, Jean-Marc LEVY-LEBLOND, Michael LOWY, Philippe MANGEOT, Philippe MARLIERE, Ariane MNOUCHKINE, Warren MONTAG, Jean-Luc NANCY, Toni NEGRI, Bertrand OGILVIE, Ernest PIGNON-ERNEST, Mathieu POTTE-BONNEVILLE, Jacques RANCIERE, Judith REVEL, Rossana ROSSANDA, Bernard STIEGLER, Michel SURYA, Bruno TACKELS, André TOSEL, Gilberte TSAÏ, Eleni VARIKAS, Dimitris VERGETIS, Jérôme VIDAL, Heinz WISMANN, Frieder Otto WOLF
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Merkel trata de influir en las elecciones griegas hasta el final
La canciller alemana pide a los griegos que voten a los partidos que digan "sí a los compromisos" adquiridos con Bruselas
Que un país le diga a otro qué debe votar es un hecho nunca visto en la historia de la Unión Europea y que sienta un precedente muy peligroso pase lo que pase este domingo. El Gobierno alemán ha tratado hasta el último momento de influir en las elecciones griegas que se celebran hoy agitando la bandera de la salvación del euro.
Y es algo que merece una reflexión profunda por parte de todos los socios de la moneda única. Grecia ya pasó por esto con la imposición de Lukas Papadimos a finales de 2011, un caso similar al de Mario Monti en Italia. Dos tecnócratas para cumplir las directrices impuestas desde Bruselas. Con la diferencia notable de que esta vez hay unas elecciones.
Asumida la intervención de las economías, si los estados no conservan el último reducto de su soberanía -la libertad de que los ciudadanos elijan a sus representantes en las urnas- entonces quizá el problema deja de ser económico para convertirse en un problema de democracia. Aunque para la canciller alemana, Angela Merkel, no hay lugar a discusiones. Ayer, durante un congreso del partido democristiano, mandó un mensaje bien claro: "Es extremadamente importante que laselecciones griegas se cierren mañana con un resultado en el que los que se encarguen de formar gobierno digan, 'Sí, mantendremos nuestros compromisos'".
Merkel no nombró explícitamente a Syriza, la formación de izquierdas liderada por Alexis Tsipras que desde antes de las elecciones celebradas en mayo, en las que ningún partido fue capaz de formar Gobierno, se ha convertido en el enemigo público número uno de Bruselas. El juego es llamativo porque desde aquellos comicios Tsipras se ha encargado de recalcar en cada comparecencia que su objetivo, si venciera en las elecciones, no es abandonar el euro. De hecho así se lo hizo ver a la propia Merkel en Berlín. El político de izquierdas reclama una renegociación del pago de la deuda y más flexibilidad en los planes de ajustes que están ahogando a la población.
Es la clave de todo. Merkel no va a permitir que eso suceda y ha identificado a Syriza con el partido que quiere dejar el euro a la deriva. A fuerza de tanto repetirlo esa ha sido la percepción que se ha instalado en muchos gobiernos europeos, de ahí la recomendación del presidente francés, François Hollande, esta semana: "Puede haber países de la zona euro que prefieran terminar con la presencia de Grecia en el euro. Soy consciente de que los electores griegos deben tener la plena soberanía, pero tengo que prevenirles, es mi deber, de que si dan la impresión de que quieren alejarse de los compromisos, habrá países de la zona euro que preferirán su salida de la zona euro".
¿Quién hundirá el euro, Tsipras o Merkel?
"Sólo Grecia puede decidir si abandona el euro pero será muy difícil para un país insolvente continuar en la eurozona si renuncia al apoyo financiero", dijo el pasado viernes en una entrevista con el diario Ekathimerini el presidente del Banco Central alemán, Jens Weidmann. Además de recalcar que no cree "en los programas de estímulo financiero" que también pide Tsipras para compensar los terribles recortes, sentenció que "si el nuevo Gobierno decide unilateralmente renunciar al programa de rescate, Grecia no recibirá más ayudas financieras".
El presidente del Bundesbank también se cerró en banda a aceptar cualquier tipo de negociación con Syriza
La partida se juega a una sola carta. Si Tsipras vence los comicios hoy reclamará la comprensión de la Unión Europea. Merkel se cerrará en banda y Grecia saldrá del euro provocando un terremoto financiero en toda la Eurozona que conllevará, como han señalado muchos analistas en los últimos días, el más que posible final de la moneda única. La cuestión está en ver las dos caras de la moneda. ¿El culpable de una hipotética caída del euro sería Tsipras o Merkel y los otros países que se nieguen a aceptar un pacto?
La respuesta la dio el pasado viernes en una entrevista para Público.es, Costas Isychos, Responsable Internacional de Syriza: "La cuestión es si el euro y la Eurozona pueden sobrevivir con el incendio que ha empezado en Grecia y se está extendiendo a España, Irlanda y Portugal. La cuestión es si Europa va a seguir con estas políticas de austeridad y de ajuste, ya que son precisamente esas políticas las que están matando la Eurozona día a día. No es el gobierno de izquierda quien va a sacar a Grecia del euro, sino las políticas de la Unión Europea que están destruyendo la Eurozona".
Pocas opciones de formar Gobierno
En cualquier caso, si no ganara Tsipras, viendo la experiencia de las primeras elecciones, parece muy complicado que ninguno de los dos partidos históricos, la Nueva Democracia de Antonis Samaras y el Pasok del exministro de Economía, Evangelos Venizelos, puedan formar Gobierno. Sobre todo teniendo en cuenta que los socialistas griegos culminarán su hundimiento según las últimas encuestas.
Mientras todos los focos se han centrado en las posibles medidas de Syriza contra la austeridad, los neonazis de Amanecer Dorado entrarán en el Parlamento
Por otra parte, Samaras dijo el viernes que pediría a Europa renegociar las condiciones de la devolución de la deuda para que los griegos tuvieran unas condiciones más ventajosas. "Saldremos de esta crisis y no dejaremos el euro. No dejaremos que nadie nos saque de Europa", proclamó en su último mitin.
¿Cuál es la diferencia? Para Isychos, "cuando se vaya a reunir el Consejo Europeo en Bruselas el 28 de este mes, nosotros, como representación de un gobierno de izquierdas, tendríamos que ir con dos puntos muy importantes. El primero sería dejar claro que el resultado del voto democrático de pueblo griego es la voluntad de poner fin de las políticas de austeridad y de romper con el memorándum. El segundo sería renegociar una deuda, la cual no sabemos todavía de quién es, ni cuál es la suma de esta deuda, ni cuál es la parte legal e ilegal de la misma".
Este tipo de reflexiones le han colocado el cartel de radical a Syriza en todo el globo. Pero en el fondo, mientras un partido trata de buscar una solución al agujero negro al que se ha desterrado a la sociedad griega proponiendo una alternativa, Europa está mirando para otro lado ignorando esta realidad y otra mucho más preocupante: los verdaderos radicales, el partido neonazi Amanecer Dorado, entrarán en el Parlamento. Ellos también se oponen a la austeridad europea y a la intervención. Son considerados un mal menor. Si Europa puede asumirlo se verá pronto.
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