La elección es inherente a nuestra propia existencia. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos manejando varias posibilidades. Yo podría estar ahora durmiendo, leyendo, haciendo el amor… pero estoy escribiendo. Pero y si en otro universo paralelo; otro yo estuviera en este mismo instante leyendo o haciendo el amor o cualquier otra cosa.
Pero cabría otra posibilidad que el otro yo viviera en tiempos distinto. Nosotros aprenderíamos de los errores y nos prepararíamos para enfrentarnos a lo que nos esperará el día siguiente. Igual no somos concientes pero y si está ocurriendo?. Y si formamos parte de una cadena de yoes?. Posiblemente seríamos inmortales. Uno moriría pero otro tendría la opción de nacer o curarse.
Las posibilidades son infinitas tanto como el universo. Pensar en universos y ponerle límite es imposible. Más allá de lo perceptible sólo vemos oscuridad.
Que minúsculas se hacen las cosas cuando pensamos en inmensidad. Una vida sería menos que un grano de arena de la playa de Copacabana.
La doble vida de Veronique replantea está posibilidad.
Dos Verónica. Una polaca y otra francesa. Las dos con profesiones relacionadas con la música. Profesora y cantante respectivamente. Una forma parte de la otra. Una va aprender de los errores de la otra o vivir aquello que vivió.
Krzysztof Kieslowski a partir de esta trama desarrolla una de sus más bellas películas.
Film dominado por una luminosidad verde. Un Verde relacionado muchas veces con el más allá (extraterrestre y demás familia). Música punzante que harmoniosamente se combina con la historia. Y juego a la fantasía y a la magia utilizando personajes como el marionetista.
Sin lugar a duda Keieslowski marcó el camino de muchos cineastas actuales. Jean-Pierre Jeunet es claro ejemplo.
La película no sería la misma sin la interpretación de Irene Jacob que años más tarde volvería a trabajar con él en”Tres colores Rojo”
Pero cabría otra posibilidad que el otro yo viviera en tiempos distinto. Nosotros aprenderíamos de los errores y nos prepararíamos para enfrentarnos a lo que nos esperará el día siguiente. Igual no somos concientes pero y si está ocurriendo?. Y si formamos parte de una cadena de yoes?. Posiblemente seríamos inmortales. Uno moriría pero otro tendría la opción de nacer o curarse.
Las posibilidades son infinitas tanto como el universo. Pensar en universos y ponerle límite es imposible. Más allá de lo perceptible sólo vemos oscuridad.
Que minúsculas se hacen las cosas cuando pensamos en inmensidad. Una vida sería menos que un grano de arena de la playa de Copacabana.
La doble vida de Veronique replantea está posibilidad.
Dos Verónica. Una polaca y otra francesa. Las dos con profesiones relacionadas con la música. Profesora y cantante respectivamente. Una forma parte de la otra. Una va aprender de los errores de la otra o vivir aquello que vivió.
Krzysztof Kieslowski a partir de esta trama desarrolla una de sus más bellas películas.
Film dominado por una luminosidad verde. Un Verde relacionado muchas veces con el más allá (extraterrestre y demás familia). Música punzante que harmoniosamente se combina con la historia. Y juego a la fantasía y a la magia utilizando personajes como el marionetista.
Sin lugar a duda Keieslowski marcó el camino de muchos cineastas actuales. Jean-Pierre Jeunet es claro ejemplo.
La película no sería la misma sin la interpretación de Irene Jacob que años más tarde volvería a trabajar con él en”Tres colores Rojo”