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A veces me da la impresión de que estoy admirando una pieza frágil y única, unas alas de mariposa, un amanecer en silencio y temo hacer algo que rompa el hechizo, por eso permanezco callado, sin atreverme a rozarla con mis manos, contemplando su belleza como se contempla un sueño, un sueño que en cualquier momento se esfumará para siempre y dejará mi almohada preñada de lágrimas.
A veces pienso que vivimos mil vidas distintas, universos paralelos, dimensiones que en un instante se entrecruzan como dos trenes de fuego, y por un momento, creemos reconocernos por las ventanillas, pero el suspiro se ahoga en nuestra garganta y el amor se borra de nuestras pupilas fugaces. En nuestro viaje espiral a través del espacio / tiempo, atravesamos de continuo vivencias, sentimientos y amores ya vividos, e incluso algunos aún por llegar, pero la velocidad impide reconocerlos y recordarlos, no obstante, nos dejan esas imágenes sublímales que se despiertan en nuestros sueños o juguetean en nuestras fantasías.
Sabemos que hay una estación al final de este viaje, pero ignoramos si será un transbordo, un viaje de vuelta o un fin de trayecto. Quizás la vida sea eso, un viaje perpetuo por la misma vía en la que los guardagujas del destino juegan a desviarnos en uno u otro trayecto.
JUANMAROMO
Esta es la realidad. Son dos universos paralelos, el Universo A -en el que estamos todos aquellos que vamos contemplando cómo ya no tenemos sitio en el cuero del cinturón para hacerle un nuevo agujero- y el Universo B, aquel que habitan los que no encuentran cuero suficiente para hacerse cinturones más largos, tal es el tamaño de su barriga. A través de un agujero negro inter-universal, van cortando el cuero excedente de los nuestros para continuar prolongando los suyos ab infinitum. Cuando esto acabe -y podamos soltarlos- se nos caerán los pantalones; al agacharnos para subirlos podríamos sufrir el desgraciado ataque de algún aprovechado nuevo que, al olor de las sardinas, piense que puede emplear nuestro desconcierto en instalarse con comodidad. Es pues la hora de ir pensando en buscar unos buenos tirantes, eligiéndolos con cuidado después de estudiar detenidamente lo que explique el fabricante, meditando en lo que realmente significa aquello que quiere explicar y si realmente corresponde con lo que se propone hacer, para que jamás vuelvan a darnos gato por liebre.
Tenemos nuevamente la oportunidad de madurar como sociedad y defendernos como pueblo; no la desaprovechemos. Forcemos a nuestros representantes a emprender ese camino sin tardanza. Nuestro apoyo, nuestra indignación, nuestra justa ira, nuestra repulsa frontal, nuestra unión como pueblo que quiere ser libre y quiere representantes honestos y justicia y claridad en sus leyes debe manifestarse hoy más que nunca. Unámonos más allá de las siglas, más allá de los credos, más allá de los barrios, abandonemos nuestras pequeñas diferencias y proclamemos alto y claro que no puede existir más inmunidad para los que nos representan. Recorramos las calles proclamando nuestra Justicia hasta que se marchen a sus paraísos fiscales a continuar viviendo de lo que nos han quitado. Debemos despertar ya; es urgente. Jamás, aún necesitándonos tanto, nos unimos con fuerza para plantar cara.
Y así nos va.
A veces me da la impresión de que estoy admirando una pieza frágil y única, unas alas de mariposa, un amanecer en silencio y temo hacer algo que rompa el hechizo, por eso permanezco callado, sin atreverme a rozarla con mis manos, contemplando su belleza como se contempla un sueño, un sueño que en cualquier momento se esfumará para siempre y dejará mi almohada preñada de lágrimas.
A veces pienso que vivimos mil vidas distintas, universos paralelos, dimensiones que en un instante se entrecruzan como dos trenes de fuego, y por un momento, creemos reconocernos por las ventanillas, pero el suspiro se ahoga en nuestra garganta y el amor se borra de nuestras pupilas fugaces. En nuestro viaje espiral a través del espacio / tiempo, atravesamos de continuo vivencias, sentimientos y amores ya vividos, e incluso algunos aún por llegar, pero la velocidad impide reconocerlos y recordarlos, no obstante, nos dejan esas imágenes sublímales que se despiertan en nuestros sueños o juguetean en nuestras fantasías.
Sabemos que hay una estación al final de este viaje, pero ignoramos si será un transbordo, un viaje de vuelta o un fin de trayecto. Quizás la vida sea eso, un viaje perpetuo por la misma vía en la que los guardagujas del destino juegan a desviarnos en uno u otro trayecto.
JUANMAROMO
Universos paralelos
Ayer por la mañana se ha escenificado perfectamente en el Congreso de los Diputados la fractura social que actualmente existe entre el Gobierno español y los Ciudadanos. Hoy ya es notorio para todos que llamar chorizos a dirigentes del PP no es un insulto, no es más que constatar la realidad y llamarles por su nombre. De nuevo la sonrisa afilada de Herr Montoro o la voz engolada de Mariano I, el Irredento, hacían mofa de las gravísimas acusaciones de toda la Oposición. Arrogancia, chulería, insultos, no quedó ningún recurso por utilizar en la cartera de respuestas que el Gobierno actual había preparado cuidadosamente para la ocasión. No es momento de andarse con eufemismos y metáforas; al pan, pan y al vino, vino. Y el chorizo a la cárcel.
Desde que se enterró sin resolver el caso Naseiro, la arrogancia de los dirigentes del Partido Popular ha crecido exponencialmente conforme los años de dinero negro han concluido sin consecuencias para ellos. Da igual lo que salga a la luz, siempre razonan jugando con el victimismo: "Es un ataque contra el Partido porque no son capaces de ganarnos en las urnas"; "Nosotros hacemos Declaraciones de la Renta totalmente transparentes en las que figura todo lo que cobramos" y cosas por el estilo... Claro, cuando esto se suelta con cara de mala leche y gesto rotundo igual a alguien engaña. Mas no se sostienen un instante en pie: En la declaración de la renta figura todo aquello cobrado en A; ahí encontramos todo lo legal que se cobra. Pero no existe una casilla para lo cobrado en B. Ergo por mucho que analicemos esas declaraciones jamás encontraremos en ellas evidencia de los sobres o rastro alguno de ellos. Dinero negro para pagar en negro. Se cae de maduro.
Y es muy grave lo que está ocurriendo. Pero no solo porque haya aparecido el escándalo de los sobres; porque sus manejos les están proporcionando la oportunidad y los medios para quedarse con todo lo que hemos construido los españoles en más de 30 años de lucha democrática. Y los modelos, con respecto a la Sanidad por ejemplo, son idénticos en todos los ámbitos Autonómicos. En Madrid tenemos a Lamela, en Castilla-La Mancha a Echaniz. En ambos sitios se privatizan los hospitales, los adquiere Capio-Sanidad y, al hurgar en los nombres, aparecen Lamela -per se- y Echaniz -la hermana- en los listados de asociados o accionistas... Y como eso todo lo demás...
El caso es que se permiten este tipo de declaraciones, -insultantes para cualquiera con inteligencia media y conocimiento de la realidad- porque vivimos en España, en la Sociedad del Desconocimiento. Hasta hoy no nos ha preocupado lo que ocurría en casa de los vecinos de viaje, hacían y deshacían a su antojo y el pueblo llano tragaba con lo que le dijesen con tal de no complicarse la vida. Un insulto prolongado en el tiempo que no acertamos a asimilar como ataque a nuestra integridad como sociedad. Y es brutal. Actualmente está pringada de basura toda la derecha patria, desde la Casa Real hasta los Gobiernos locales; industrias, Diputaciones, Juntas Autonómicas, Ayuntamientos, Bancos, Cajas de Ahorros... Se están llevando el dinero de todos a camiones, nos están dejando sin billetes de curso legal; todo desaparece por la frontera sin que sean registrados los continentes de este tremendo desfalco al que, impávidos, asistimos. Cuando atas cabos el resultado es desolador, un país con graves evidencias de corrupción endémica en todos los estamentos gobernados por el partido que engloba totalmente a la derecha y que gobierna en este momento el Estado con mayoría absoluta.Esta es la realidad. Son dos universos paralelos, el Universo A -en el que estamos todos aquellos que vamos contemplando cómo ya no tenemos sitio en el cuero del cinturón para hacerle un nuevo agujero- y el Universo B, aquel que habitan los que no encuentran cuero suficiente para hacerse cinturones más largos, tal es el tamaño de su barriga. A través de un agujero negro inter-universal, van cortando el cuero excedente de los nuestros para continuar prolongando los suyos ab infinitum. Cuando esto acabe -y podamos soltarlos- se nos caerán los pantalones; al agacharnos para subirlos podríamos sufrir el desgraciado ataque de algún aprovechado nuevo que, al olor de las sardinas, piense que puede emplear nuestro desconcierto en instalarse con comodidad. Es pues la hora de ir pensando en buscar unos buenos tirantes, eligiéndolos con cuidado después de estudiar detenidamente lo que explique el fabricante, meditando en lo que realmente significa aquello que quiere explicar y si realmente corresponde con lo que se propone hacer, para que jamás vuelvan a darnos gato por liebre.
Y así nos va.
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