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miércoles, 13 de junio de 2012

La economía del bien común


Christian Felber, creador de esta teoría, asegura que el sistema actual, «basado en el afán de lucro y la competencia» puede dar paso a otro cuya base sean los beneficios sociales. Cientos de empresas ya han incorporado sus tesis

Mejores salarios son posibles con «la economía del bien común», el movimiento que quiere revolucionar Europa

Que la economía esté al servicio del ciudadano y no del beneficio puramente monetario es una premisa que suena mucho más a utopía que a opción real. Empresas que pagan menos impuestos a cambio de favorecer al empleado, un descenso considerable del desempleo o pensiones garantizadas podrían ser el fruto de un sistema ideal en el que la economía dejaría de basarse en la competencia para recoger los frutos de la cooperación. Dicho sistema existe, y ha sido desarrollado por el economista y politólogo austriaco Christian Felber, quien se encuentra estos días en España para presentar su libro, «La Economía del bien común» (Ed. Deusto) e intentar que su proyecto cale en la sociedad y en las grandes empresas.
No es, la de Felber, una simple idea en el aire. Más de 600 empresas en 15 países han optado ya por aplicar sus criterios y en nuestro país son varios los grupos locales y compañías que ya trabajan con estas claves. Más que una tesis, o un libro como el que ahora publica, la economía de del bien común es todo un movimiento social en ciernes que en escasos cinco años aspira a convertirse en el principal eje del sistema económico mundial. ABC ha entrevistado a Christian Felber para conocer de primera mano en qué consisten sus propuestas económicas y si, como dice, podrían cambiar para siempre nuestro actual modelo.
«Un sistema distinto es posible -afirma Felber-. La economía basada en el bien común consiste en primar la cooperación, en lugar de la competencia». Para Felber, en la actual economía de mercado los principios imperantes no son otros que el egoísmo y la irresponsabilidad. «Puede parecer un disparate, pero lo que pretendemos es desmontar por completo el modelo imperante y conseguir que sean las relaciones humanas, como la honestidad, la confianza, el respeto... las que conformen la base de toda actividad económica». Para el experto, el actual modelo ha construído a lo largo del tiempo una «gigantesca brecha entre los valores correctos y los erróneos, como el egoísmo, consiguiendo que en nuestro marco económico predominen dos premisas principales: el afán de lucro y la competencia».

«Las empresas irresponsables triunfan»

Leyendo las esperanzadoras propuestas de Felber podemos llegar a pensar que sus teorías difícilmente podrían ser aceptadas en el actual entorno económico. ¿Cómo lograr que las empresas no compitan? ¿Pueden premiarse los valores en lugar del beneficio económico? «La gente que piensa que este sistema es ilógico está equivocada y por eso he venido a demostrarlo. Lo que pretende el movimiento del bien común es resolver las contradicciones presentes en el panorama actual, modificando los comportamientos erróneos por conductas acertadas para maximizar el beneficio».
Para el economista, «una horrible consecuencia de nuestro modelo es que empresas irresponsables compiten en igualdad de condiciones con empresas éticas y comprometidas». La solución, dice, no es otra que modificar nuestro concepto de éxito empresarial. «Hoy el éxito se mide en relación al beneficio financiero, mientras que el económico se mide con el PIB. Son indicadores obsoletos, pues lo que debe determinar si la economía avanza es el grado de satisfacción de las necesidades humanas». Y explica cómo «con este nuevo sistema, las empresas harán un balance de resultados de su bien común, de si han logrado satisfacer necesidades y han primado la cooperación. Cuanto más se ayuden entre ellas y más éticas sean, pagarán menos impuestos y el Gobierno les dará prioridad frente a las que no aplican estos principios, que serán gravadas y tendrán dificultades para sobrevivir en el mercado».
En España no son pocas las empresas que han decidido unirse a este modelo aplicando sus teorías. Además, numerosos grupos en todo el mundo han comenzado a realizar acciones coordinadas para amplificar la voz de Felber y explicar sus tesis en diversos foros. Por ello, el teórico es optimista respecto al movimiento y asegura que en pocos años ya podrían palparse los cambios: «La estrategia que estamos siguiendo es que, durante esta primera fase, las empresas participarán voluntariamente en la economía del bien común para generar conciencia pública. Estimamos que, en cuatro o cinco años, algunas de las mayores compañías hayan implementado su balance del bien común y logremos que el sistema se regule por ley. De este modo -prosigue- la dinámica del mercado se invertirá 180º y la responsabilidad, la cooperación y la democracia conducirán al éxito empresarial, a diferencia de lo que ocurre hoy, donde la base son los comportamientos irresponsables».

Un sistema idóneo para España

Felber se refiere a España como un caldo de cultivo perfecto para que el sistema cuaje, ya que «hay una gran voluntad de cambio y los ciudadanos quieren que valores como la confianza y la cohesión social penetren en el ámbito político, del mismo modo en que los valores capitalistas lo hicieron en su día».
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Una de las rotundas afirmaciones que el economista hace en su libro es que, en el actual sistema, «la desigualdad genera crecimiento», por lo que «debemos dejar de medir el éxito con indicadores irrelevantes como los actuales. En este nuevo sistema, una empresa tendrá éxito si contribuye a reducir el paro y sus objetivos estarán en consonancia con las necesidades reales, a diferencia de hoy, donde las compañías pueden tener éxito contribuyendo a agravar la crisis social y económica existente». «La realidad de todo esto es que vivimos inmersos en un orden económico absurdo», asegura.

Modificar la Constitución

Con estas premisas, apunta Felber, «cualquier compañía tendría derecho a salir del mercado cuando lo creyera oportuno, los bancos podrían quebrar libremente y no habría que aportar dinero público para su supervivencia. Lo que ha ocurrido en España con Bankia indica que el cambio de modelo es más que urgente».
Que en la economía del bien común el objetivo es la satisfacción de las necesidades en lugar de la obtención del dinero es, quizás, una de las afirmaciones que han hecho que se tache a este modelo de irreal. «El dinero puede mantenerse siempre como medio para satisfacer las necesidades, pero no debe ser el objetivo básico. Por ejemplo, una compañía será exitosa si sus empleados ganan el suficiente dinero como para cubrir sus necesidades básicas con sus sueldos». Felber se refiere a a política de salarios como uno de los mayores errores del sistema actual: «las desigualdades salariales son abismales. En Alemania los altos ejecutivos ganan 5.000 veces más que el salario mínimo legal. Creo que esto es inconstitucional y debemos conseguir que lo prohíban por ley».
En España, es la llamada banca ética la que mejor cumple las premisas de este modelo económico. Triodos Bank es una de las entidades más importantes de este tipo en nuestro país, una «institución independiente que solo financia empresas e iniciativas que, además de ser rentables, mejoran la calidad de vida de las personas y respetan la naturaleza». «A esto es a lo que aspiramos», señala Felber.

Año sabático y pensiones aseguradas

Otra de las llamativas propuestas que recoge el análisis de Felber es la de instaurar un año sabático por cada década trabajada, con el fin de «reducir matemáticamente el paro en un 10%».
Además, asegura que con su modelo las pensiones estarían siempre garantizadas: «Emparejar las pensiones a los mercados financieros ha sido un error descomunal. Hay una minoría que acapara la mayor parte del dinero, mientras que la mayor parte de la población, que paradójicamente ha generado beneficios con su trabajo, obtiene menos ingresos». Y apostilla: «La economía del bien común no es el mejor de los modelos económicos, sino un paso más hacia el futuro que requiere el compromiso de personas valientes y decididas».

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