
Para mí, un cambio deliberado, un cambio que es compulsivo, disciplinario, por conformidad, no es cambio en absoluto. La fuerza, la influencia, alguna nueva invención, la propaganda, un temor, un motivo, os compelen a cambiar; mas eso no es ningún cambio. Y aunque intelectualmente podáis asentir con facilidad a esto, os aseguro que es muy extraordinario el sondear la verdadera naturaleza del cambio sin motivo. J. K.
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