En las esferas más altas del mundo corporativo, los psicópatas son más comunes de lo que se esperaría.
"¿Quién es ella", le pregunté a James.
"Essi Viding", dijo.
"¿Qué estudia?", pregunté.
"Psicópatas", dijo James...
"Me contaron -agregó- que una vez ella estaba entrevistando a un psicópata. Le mostró una foto de una cara asustada y le pidió que identificara la emoción. Él dijo que no sabía cuál emoción era pero que era la cara que ponían las personas justo antes de que él las matara".
Éste fue uno de los episodios que llevó al periodista y escritor Jon Ronson a sumergirse en un mundo que en un principio suena tan aterrador como ajeno.
Aterrador porque hay pocas cosas tan estremecedoras como un ser humano al que realmente no le importa lo que los otros sientan, y esa es una descripción torpe de lo que es un psicópata.
Pero ¿ajeno? Lo que descubrió Ronson es que este mundo no lo es tanto como pensamos.
Resulta que -dejando a un lado a los asesinos, tanto a los ficticios como a los reales-, al parecer hay varios psicópatas que viven felices entre nosotros... de hecho, son bastante exitosos.
"Y destilan una malevolencia casi invisible, especialmente si son líderes empresariales. Pueden afectar al Capitalismo. Y creo que eso fue lo que vimos con la crisis bancaria: es capitalismo moldeado por una especie de psicopatía. Es extraordinario que los psicópatas puedan tener tanto poder, que puedan moldear toda una sociedad", le dijo Ronson a BBC Mundo.
Cobras bien vestidas
Lo que Ronson encontró y plasmó en su libro "A Psychopath Test" (El test del psicópata) era algo que varios psicólogos de renombre sospechaban desde hace tiempo y que al menos dos de ellos, el profesor emérito de psicología Robert Hare y el doctor Paul Babiak, psicólogo industrial y organizacional, ya habían puesto a prueba.
Fueron ellos los que en el título de su libro acuñaron la frase "Serpientes con trajes", que a algunos les recuerda a alguien con quien han trabajado.
Los doctores la usan para describir a personas con las que se toparon en una investigación quienes, a pesar de no rendir bien en su empleo, habían logrado reptar hacia los niveles más altos de las compañías que los empleaban.
Durante los últimos tres años, siete compañías diferentes le pidieron a Babiak que les ayudara a determinar cuáles de sus empleados eran prometedores.
Entre los candidatos había desde supervisores hasta directores ejecutivos.
Al tiempo que examinaba su desempeño y potencial en general, a Babiak le permitieron usar la Escala de Calificación de Psicopatía de Hare (Escala PCL-R), una prueba psicométrica que se usa para evaluar si criminales tienen tendencias psicópatas.
Babiak descubrió que de las 203 personas a las que les hizo el test, una de cada 25 clasificaron como psicópatas, a pesar de no tener un pasado criminal.
Eso es cuatro veces más de lo que se espera encontrar en la población en general.
Los mejores
¿Es su jefe un psicópata? Estos son algunos de los signos delatores
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son superficialmente encantadores
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se creen los mejores
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no tienen metas específicas
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mienten fácilmente
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no sienten remordimiento
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sus afectos no son profundos
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son fríos, inconsiderados y despectivos
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sólo ayudan cuando les conviene
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son irritables, se enfurecen a menudo y son impacientes e impulsivoS
Cuando Hare revisó la información, descubrió algo más.
"Las evaluaciones internas de las compañías sobre estas personas a menudo decían cosas como 'esta persona es un líder -innovador, inteligente, confiable, energiza la oficina cuando llega, etc.-'", según le dijo Hare a BBC Focus.
"De hecho, entre más alto marcaran en la prueba de psicopatía, mejor la opinión que sus superiores tenían de ellos".
La Escala de Calificación de Psicopatía de Hare usualmente sólo se le administra a internos en hospitales psiquiátricos de alta seguridad, para determinar si es conveniente liberarlos.
Pero en este caso se trataba de personas aparentemente normales. Y eran esas características, que le habían permitido a otros a matar y mutilar sin empatía, las que le habían posibilitado a la gente que Babiak estaba evaluando abrirse el camino para sobrepasar a sus colegas.
Un instrumento peligroso
Cuando Ronson se enteró de que entre psicologos de renombre, y no sólo Bibak and Hare, había un consenso de que los psicópatas gobernaban el mundo, se le disparó la curiosidad.
"Yo siempre pensé que la sociedad era fundamentalmente algo racional pero ¿y si no lo es? ¿Y si está basada en la locura?", se preguntó.
Conciente de que la Escala de Hare sólo debe ser utilizada por personas debidamente entrenadas, asistió a un seminario dictado por el autor de la prueba, Robe Hare.
Una vez comprendida la herramienta, se dedicó a explorar la posibilidad de que existiera una explicación al inexplicable comportamiento de algunos líderes políticos y empresariales.
Tras numerosas entrevistas, con personajes que incluyen desde científicos hasta pacientes mentales o criminales condenados, Ronson concluye que "la psicología está en lo cierto: esta gente (los psicópatas integrados) existe y es poderosa" y que "el capitalismo en su expresión más despiadada es una manifestación de psicopatía".
Pero eso no fue lo único que descubrió: cuando se reunió con el ejecutivo estadounidense Al Dunlap, alias "Motosierra" por la cantidad de gente que despidió durante su carrera como especialista en rescate de empresas, notó algo más.
"Cuando estaba entrevistando a Dulap, yo mismo me torné en una especie de psicópata, pues lo único que me importaba era probar que él era un psicópata. Así que en el libro dejo registrado que -armados con este tipo de herramientas (la Escala de Hare)- todos podemos ser fríos y duros, inhumanos, como los psicópatas", le explicó a BBC Mundo.
Y esa revelación lo sorprendió tanto como la otra. La conclusión: el test "no se debe usar a la ligera".
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